Por: Jaqueline Enríquez
Viernes 1 de Agosto de 2014 , en punto de las 8 de la noche, se abrieron las puertas
del teatro FruFru en el centro del
Distrito Federal dejando entrar (y salir), un río de entes impacientes por lo
que prometía ser un espectáculo inolvidable y con la consigna de celebrar a
través de la música y diversas artes, el veinticinco aniversario de la banda más
dinámica, explosiva y representativa del performance en vivo y de la escena del
rock nacional: Las Victimas del Dr
Cerebro Show.
En
las filas, afuera del teatro se podía escuchar a unos fans con muchas
expectativas referentes al concierto, también las variadas experiencias vividas
en otros momentos tiempos y lugares desde la formación de las Victimas “estos gueyes son bien rifados, parece que
el tiempo no pasa por ellos”
-murmuraban casi al unísono- incluso se podía distinguir la diversidad
de edades, al menos tres generaciones se dieron cita y lo menciono porque
durante el concierto a mi lado había dos mujeres de al menos 40 años coreando
cada una de las rolas, y en extremo pequeños bailando y gritando con la misma
euforia y esperando el momento de poder entrar.
Mi
primer reacción al entrar al mezzanine del teatro fue de impacto al toparme de
frente un cuadro de Doña Irma Serrano,
imagínense el susto, pues como lo menciono “Abulón”
a “la tigresa” le daba también por
practicar la magia satánica (se dice por ahí), y bajo un techo tapizado de
personajes desfilantes por este escenario y una decoración al estilo casi
renacentista la espera era cada vez mas corta, ya en el lobby, se podían
encontrar divinas figuras de vedettes en poses sugestivas hasta una bella mino tauro
de cabellos purpuras dando la bienvenida, ya podía sentirse el advenimiento de
fuerzas extra normales. 9:36 de la noche y el telón se abrió dando paso a una
representación de cabaret cincuentero acompañado de artistas de la magia la
danza y la opera con una presentación majestuosa en la voz de una soprano. 9:57
y con aplausos, rechiflas y gritos eufóricos se invocaba la presencia de los
protagonistas de este bacanal en un pequeño lugar para un universo de
manifestaciones sonoras y corpóreas, sin embargo en punto de las 10:16 un
estruendo retumba sobresaltando a los propios espíritus residentes del
misterioso teatro, el doble telón se abrió y aparecieron las siluetas de seis
personajes que arrancan los gritos de todos los presentes: CHIPOTLE, ABULON RANAS, TUCO, ALEX Y PEDRO emergen entre luces y es
con “Cadáver del Amor” como “Abulón”
da la bienvenida a toda la banda, saluda, agradece, e invita a ser cómplices de
una noche musicalmente extensa a lo largo de temas recónditamente interpretados
y con cientos de corazones entonando cada una de las rolas como himnos.
Yo,
por supuesto como todo fan que se precia de serlo, invoco mis piezas favoritas
y tal parece que se establece una conexión telepática pues fueron tocadas cada
una de mis preferidas; llego “Ella se
muere”, mis lagrimas rodaron, gritaba y cantaba y cantaba gritando
mientras, también moría el recuerdo que
me provocaba el llanto por aquella letra.
En
el escenario se apreciaban las apariciones de seres fantásticos zombis,
diablas, hombres lobo, etc. y el performance en cada canción del enérgico “Paco” como siempre, dando movimientos
en forma demencial.
Termina
la primera parte, y en este receso me dirijo al camerino a solicitar el abrazo de
la banda, tras de mi, muchos esperando tomarse una foto y extender la
felicitación por este gran evento en el que al final fuimos nosotros, el publico los celebrados, por un trabajo que
como lo mencionó el “Chipotle” ha pagado el precio de lagrimas sudor y esfuerzo a lo
largo de veinticinco años de mucho y buen rock n roll.
Termina
el intermedio y es presentado oficialmente el disco “Sobrenatural” con matices
experimentales pero sin perder la esencia de unas victimas nacientes a finales
de los ochentas. Puedo resumir el resto
de la noche como una experiencia única y con presagios de larga vida a esta
banda que por su sencillez y arduo trabajo musical están colocados en el sitio
en el que hoy se encuentran.
SUENA
EL ESQUELETO himno de generaciones y terminan el festejo con un acto simbólico
compartiendo en un pastel (regalado por una fan) gran parte de sus vidas, de la
vida de muchos; poco a poco el teatro se vacía, pero quedan almas satisfechas y
ansiosas de seguir escuchando y acompañando en este camino a nuestras Victimas
del Dr Cerebro show. ¡Larga vida!
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